Las finanzas personales son un campo minado: Un paso en falso y podés encontrarte en un pozo del que es difícil salir. Pero, ¿sabés qué? Todos metemos la pata alguna vez. La clave está en identificar esos errores. Vamos a darle una vuelta a los pecados financieros más comunes y cómo esquivarlos.

No tener un presupuesto

Consecuencias:

Gastos innecesarios: ¿Cuántas veces te llevaste algo a casa solo para darte cuenta después que no lo necesitabas? Es fácil caer en la trampa del consumo impulsivo.

Falta de control: Sin un registro claro de lo que entra y sale de tu cuenta, tomar decisiones financieras inteligentes se vuelve casi imposible.

Solución:

Hacé un presupuesto mensual. Anotá cada peso que entra y sale de tu cuenta. Hoy en día, hay un montón de apps que te pueden facilitar la tarea, permitiéndote tener un panorama claro de tus finanzas en la palma de tu mano. 

La fórmula 50/30/20 es una buena regla general: asigna el 50% de tu presupuesto a necesidades como alquiler y alimentación; el 30% a otras compras; y 20% al ahorro o el pago de deuda.

Es importante revisar tu presupuesto y vigilar constantemente tus gastos para asegurarte de que vas por buen camino. La revisión periódica garantiza que te mantengas dentro de tu presupuesto y puedas identificar áreas de posibles ahorros.

No comparar precios

Consecuencias:

Gastos innecesarios: Al no comparar precios, podés estar pagando mucho más de lo necesario por un producto o servicio. Hoy en día, con la cantidad de opciones disponibles, no hay excusa para no hacer un pequeño research.

Oportunidades perdidas: Las ofertas y descuentos están por todos lados, tomate un rato para buscarlas.

Solución:

Hacé una comparación antes de comprar. Ya sea en el supermercado, en tiendas online o al contratar un servicio, siempre dedicá unos minutos a buscar alternativas. Las promociones bancarias pueden ser tus mejores aliados. Recordá: a veces, un poco de paciencia y tiempo te pueden ahorrar unos buenos mangos.

Acumular deudas con la tarjeta de crédito

Consecuencias:

Intereses altos: Las tarjetas de crédito suelen tener altas tasas de interés. Si no controlás tu gasto, tu deuda puede multiplicarse en poco tiempo.

Estrés financiero: Estar endeudado genera una carga mental que afecta tu bienestar.

Solución:

Pagá el total de la tarjeta todos los meses. Si esto no es posible, intentá pagar más del mínimo para reducir la deuda más rápido. Considerá también reducir el uso de la tarjeta y priorizar pagos en efectivo o débito.

No olvides poner a rendir tus pesos hasta la fecha de vencimiento de tu tarjeta, así generas un extra. 

Extra tip: 

¡El ahorro no es solo para cuando te sobra!

Ahorrar es esencial para alcanzar metas financieras futuras, ya sea comprar una casa, viajar o jubilarse. También te permite afrontar gastos de emergencia.

La clave para generar ahorros es comenzar cuanto antes. Siempre debes reservar parte de tus ingresos y, si bien el 20% es lo ideal, cualquier cantidad servirá. Lo importante es desarrollar el hábito del ahorro.

No tener un fondo de emergencia 

Consecuencias:

Falta de liquidez: Un imprevisto como una reparación del auto o una emergencia médica puede dejarte en una situación financiera complicada.

Uso indebido del crédito: Sin ahorros, es más probable que recurras a préstamos o a la tarjeta de crédito, empeorando aún más tu situación.

Solución:

Creá un fondo de emergencia. Empezá con lo que puedas y andá aumentando de a poco. Idealmente, deberías tener al menos tres meses de gastos cubiertos. Te contamos un poco más sobre esto en nuestra nota: Creá tu fondo de emergencia

Evitar estas bombas financieras es más sencillo de lo que parece. Con un poco de organización y atención, podés asegurarte de que tu plata trabaje para vos, y no al revés. Recordá que mejorar tus finanzas no es cuestión de suerte, sino de decisiones inteligentes y bien informadas.

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